Tras haber enseñado a fumar a medio mundo, con todo ese derroche de glamorosa nicotina en las películas clásicas de Hollywood, la industria del cine de Estados Unidos empieza visiblemente a rebajar humo. Disney dejó de fumar el pasado año. La compañía, se ha convertido en el primer gran estudio dispuesto a no llevar el tabaco a la gran pantalla. Nada de personajes fumadores en los largometrajes bajo la marca Disney, para consternación de Cruella De Vil y sus últimas 101 caladas .Esta decisión, favorece la imagen de la gran compañía, debido al revuelo que se ha formado con la “ley antitabaquismo”.A parir de ahora, se considera a las escenas en las que aparecezcan fumadores, igual que a las cargadas de violencia y sexo. Y se censuraran del mismo modo estos contenidos, si aparecen en películas destinadas a todos los públicos.
Otra gran compañía se decide a dejar el insaludable hábito, la multinacional dedicada a la comunicación, Turner Broadcasting, revisó el pasado año más de 1500 dibujos animados clásicos, por si en alguno de los capítulos aparecía el acto de fumar como algo glamoroso. Algunos de los dibujos animados vistos con lupa y, posteriormente censurados han sido” Tom y Jerry”, “Los Picapiedra” o “Scubi-Doo”. La revisión fue originada por una queja ante Ofcom, la agencia británica de regulación de medios, por los televidentes.
Estas consideraciones hacia la salud pública que eliminan los hábitos poco saludables de la gran pantalla, parece que no ha sentado bien a todo el mundo. Hay colectivos que han añadido una comparativa de estas escenas animadas con la historia real del mundo, añaden que “los clásicos animados se hicieron en un época donde todo era diferente y que se alguien no le gusta la realidad, que reedite la historia”.
¿Creéis que puede ser criticable este tipo de “censura”?
